Se me aceleraría el corazón:
La mayoría de los destinatarios, asustados, abrieron el correo y se encontraron con un mensaje en inglés que traducido decía lo siguiente:
“Vayamos directo al grano. Sé que tu contraseña es ********. Más importante aún, sé tu secreto y tengo pruebas de ello. No me conoces personalmente y nadie me contrató para que te investigue.
La clave no es entrar en pánico y pedir ayuda a personas expertas.
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Gracias por leerme y hasta la próxima.