La primera vez que desplegué un clúster de Kubernetes en Azure (AKS), mi único objetivo era hacer que funcionara. Y lo logré… pero a qué precio. 😅
Pensé: «Si funciona en desarrollo, funciona en producción». Spoiler: No. No funciona.
La administración se convirtió en un infierno: configuraciones inconsistentes, problemas de seguridad por todos lados y una pesadilla operativa que me dejó claro que un AKS sin estándares ni seguridad es como un castillo de naipes esperando colapsar.
Hoy quiero compartir contigo las mejores prácticas de seguridad para Kubernetes, aprendidas a las malas, y cómo evitar que tu AKS sea una bomba de tiempo gracias a Terraform.